sábado, 21 de diciembre de 2013

DE CUANDO NO EXISTÍA EL “LAVARROPAS”

Hacia 1870, la costumbre del lavado de la ropa en los pozos excavados en el río fue caracterizado como altamente antihigiénico y comenzó a preocupar a las autoridades. Se consideraba que las corrientes de agua eran verdaderos criaderos de bacterias, por la creciente acción de las lavanderas que ocupaban toda la ribera, desde San Telmo hasta Palermo.

Su labor no era considerada un oficio propio de la servidumbre doméstica. En las familias más pobres hasta las más acomodadas, el trabajo se hacía en los fondos de las casas, en el río o en arroyos y lagunas.

Los servicios de agua corriente alentaron a la municipalidad en la ejecución de “lavaderos modelo” siguiendo el ejemplo de los de París. En este sentido, en 1887 se autorizó a un tal Juan Plá a construir un lavadero higiénico en el centro de cada una de las secciones del municipio.

Estos lavaderos contaban con un jardín al frente y techumbres acristaladas, mientras que las aguas servidas serían llevadas por caños de hierro al Río de la Plata, instalándose además estufas desinfectantes.

Los reglamentos internos de estos lavaderos y baños públicos serían sometidos a la auditoría del municipio. Sin embargo, los edificios construidos presentaban un estado deplorable, y la salida de los pozos al río no mejoró la situación.

Ahora las ropas también sufrían un gran desgaste, que a manos de las lavanderas se transformaban en nuevos agentes de infección. Mezcladas con grandes dosis de jabón y de lejía para el blanqueo, todo ello agudizaba su deterioro.

La lavandera alquilaba una o dos piletas, las llenaba con agua, colocaba la ropa sucia, la jabonaba rápidamente y la maceraba con cristales de sosa. Las prendas eran sacudidas con un mazo de 1 kilo de peso y golpeada firmemente sobre una tabla, en un ambiente invadido por un olor nauseabundo, mientras sonaban canciones que ellas mismas entonaban.

A pesar de la existencia de estos lavaderos y del numeroso registro de lavanderas -que llegaron a contabilizarse 3000- éstas seguían haciendo su tarea en el río, en los arroyuelos, lagunas, casas y conventillos.

Buenos Aires, Argentina

Visto en: Metejon De Barrio®

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